de Zaira
(para 4 personas)
INGREDIENTES PARA LA TARTA
INGREDIENTES PARA LA SALSA DE CARAMELO
PREPARACIÓN
Los cristales finos de la ventana vibran con cada ráfaga de viento, sacudidos como las cimas de los árboles, que se han vuelto más pesadas con el agua. La vista vaga por aquellas ramas, para después perderse lejos hasta alcanzar la línea del mar, que apenas se ve, mientras las nubes pasan rápidas.
La lluvia es como una danza. Ligera, se mueve con gracia, para después desencadenarse con la energía de una furia.
Apoyo los dedos en el cristal frío, ligeramente empañado por mi aliento y saboreo, por primera vez después de meses, un momento de paz. La lluvia me tranquiliza siempre, me transmite una dulce sensación de lentitud, la misma que se prueba saboreando con atención algo realmente delicioso.
A veces sucede que las ideas nacen de manera completamente casual, coincidencias, momentos, inspiraciones repentinas, cosas raras, cosas tontas...cosas. Aparto mi mirada de las ráfagas de lluvia que golpean la ventana para dirigirla a un destello leve, que proviene de una esquina en penumbras, en la cocina. Un tenedor inglés de postre, de plata oscurecida - entre los otros tenedores comunes y dejada allí por ser demasiado pretenciosa - trae a mi mente diferentes imágenes.
No tengo muchos ingredientes a disposición, en su mayoría son ingredientes pobres, como las patatas dulces y las alubias rojas - que tanto me gustan durante el invierno - y mi reserva de chocolate negro, que nunca falta entre los estantes de madera de mi alacena.
La luz tenue, el tenedor inglés, el sonido de la lluvia y de la leña que arde en la estufa y aquella mesa oscura y descubierta, son mi inspiración. El tiempo pasa aún más lento, el vapor caliente llena la cocina de una aroma intensa, tan dulce...que casi casi una pizca de sal no vendría mal.
Vuelvo a la ventana con mi pequeño plato entre las manos, introduzco el tenedor en aquella textura húmeda, oscura como la tierra mojada. Y ni siquiera me doy cuenta de que ha dejado de llover.
Soy Zaira Zarotti,
Photographer & Visual Storyteller, Autora del blog The Freaky Table.
La belleza efímera de las cosas simples y cotidianas, de las cuales la comida es sin dudas una parte importante, es para mí un pretexto de prospección visual e interior.
La comida es un sustento seguro, pero es también cultura y nos representa más de lo que podemos imaginar.
La fantasía de las legumbres en la cocina no tiene límites para mí. Hoy, más que en el pasado, son la sana respuesta proteica a las necesidades de alimento para todos, sin el derroche de enormes recursos en ventaja de pocos. Tienen memorias de antiguas sabidurías y nuevos retoños de conocimientos. Son ya un futuro sostenible, que respeta la Tierra y le agradece.